El diafragma de la cámara es como la pupila del ojo, es un mecanismo que se abre y se cierra para dejar pasar la luz.
En nuestro ojo el mecanismo es automático y regula la cantidad de luz sin que nosotros nos demos cuenta de ello. En general se adapta rápidamente y si los cambios en la iluminación de un lugar a otro no son muy grandes, la pupila cumple su labor adaptándose rápidamente.
Si el cambio es muy brusco como cuando estamos en una habitación oscura y salimos a la luz brillante o viceversa, cuando estando al sol pasamos a la sombra, la pupila se demora en cerrarse en le primer caso o en abrirse en el segundo y quedamos “ciegos” por unos instantes.
La pupila se cierra cuando hay mucha luz y se abre en la oscuridad. Esto mismo sucede con de la cámara: el diafragma es el mecanismo que regula la cantidad de luz que llega el sensor en la cámara digital o a la película en una cámara tradicional.
El diafragma regula el paso de la luz mediante un anillo en el lente o mediante un dispositivo digital y el tamaño se mide en unos números llamados “f/”.
F/1.4 – f/1.4 – f/2 – f/2.8 – f/4 – f/5.6 – f/8 – f/11 – f/16 – f/22 -f/32
Mientras más pequeño sea el número, más abierto esta el lente, en el ejemplo anterior la apertura F/1.4 es la apertura máxima del lente y f/32 es la apertura más pequeña. Aunque pareciera que los números no tienen relación con la apertura, es más fácil imaginarlos cuando conocemos el por qué van en relación contraria. El diámetro de la apertura del lente f/2 es 1/2, f/8 equivale a 1/8 y así sucesivamente.
Cada paso de apertura del diafragma deja pasar la mitad de la luz del paso siguiente por ejemplo f/22 deja pasar la mitad de la luz de f/16 y f/8 deja pasar el doble de la luz que f/16.
La apertura del diafragma además del paso de la luz controla la profundidad de campo. Este es uno de los principios fundamentales de la fotografía y aprender a controlarlo nos dará la posibilidad de utilizar la cámara con todas sus posibilidades creativas.
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